20100206

Rurrenabaque, Beni, Bolívia







De la Paz a Rurre en avioneta y vaya movimientos. Arriba, abajo, izquierda, derecha... yo pensaba que nos íbamos directos abajo. Por suerte, no tuve que utilizar la bolsa para el vómito. La bajada del aparato supuso un cambio radical de temperatura. Hacía frio en La Paz y aquí sin embargo, calor, mucho calor. Remeras empapadas todo el rato, botellas de agua terminadas en pocas horas. "Hay agua caliente amigo"...pues no, pero es la única vez que he necesitado en Bolivía agua fría. Todo el mundo tiene moto, y hay taxis motos (veáse en la foto). Hay un habitante en la zona que deja mucho que desear, el mosquito. Llena de picaduras, todavía no paro de rascarme y eso que ya han pasado unos días de la visita a la Amazonía.



El viaje en canoa por La Pampa durante tres días estuvo rebueno, quitando a los mosquitos, claro. Vimos monos que se nos acercaban para que les diésemos comida, parajos de todo tipo (sobre todo Tucanes aunque yo solo vi uno), cocodrilos (la mascota del lugar donde nos hospedadamos, Federica, y los que vimos por la noche con las linternas, delfines con los que la gente se bañó, estuvimos como dos horas buscando alguna anaconda (mordió la bota del guía pero se le escapó) e intentamos pescar pirañas, no hubo suerte. Vimos atardeceres y después nos tumbabamos en las hamacas hasta que quitaban la electricidad. Las mosquiteras fueron nuestras amantes durante las dos noches del tour.



Para terminar, con la canoa nos acompañó durante casi todo el trayecto una tormenta que nos limpió de arriba a abajo. La vuelta a la Paz se hizo esperar, ya que la pista de aterrizaje es de tierra y cuando llueve se suspenden los vuelos. El retorno a la ciudad caótica fue más agradable. Vuelta otra vez a la frescura y a rascarme sin parar.


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